Sucedió una noche..

En Madrid llovía, la cama cada vez se me hace más fría, pero sucedió...

Te busqué, una vez más, porque siempre soy yo la que te busca y te encontré.

Mis besos, mis caricias, mis miradas, aunque en la oscuridad de la noche son difíciles de ver y ahí estábamos los dos de nuevo enredados en las sábanas.

Es distinto si, muy distinto a como es en otras ocasiones, esta vez el deseo me puede, te beso con toda mi alma sin más me dejo llevar, mi cuerpo se eriza con cada caricia de tu mano, estoy realmente excitada y los suspiros vienen a mi..

Cierro mis ojos y te siento entrar en mi tan excitado, tan empalmado que me hace estallar enseguida en mi placer, a ti te queda cuerda para rato y los dos lo sabemos..

El juego entre las sábanas se prolonga mucho tiempo y el agotamiento de un viernes por la noche después de una semana horrible de trabajo hace que al final los dos acabemos derrengados cada uno en nuestro lado de la cama..

Los mimos se suceden.. las sábanas se calientan.. volvemos a empezar..

No hay nada como tus labios en la noche..

Te quiero pequeño.

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