Una tarde...

No se si alguna vez os ha pasado..

Quedamos y sabíamos que no iba a pasar nada, porque el tiempo por tu trabajo nos lo impedía, era la primera vez que nos veíamos y la verdad después de leer tu blog y después de algunos correos electrónicos que habíamos cruzado, te siento como si te conociera más que a muchas otras personas.

Tomamos un café después de comer, mis nervios se hacen presentes cuando no dejo hablar y tu pacientemente me escuchas, los dos tenemos muchas ganas de contarnos cosas, porque la vida es como es y las situaciones nos han llevado ahí..

En el momento en que apareciste y te sentaste en la mesa, mi cabeza suspiró. Eres como pensaba, atractivo, muy atractivo, me gustas y por ello mis nervios aún crecen más..

Quien me conoce (y ahora tu ya lo has hecho) sabe que cuando estoy nerviosa no paro de hablar jaja, y suelto sonrisas.. y todo fluye..

Fluye.. y según van pasando los minutos estoy mirándote a los ojos... no se si en algún momento te fijaste, pero me mordía mi labio inferior cuando en algún momento hablabas y es que no deseaba otra cosa que nuestros labios se juntaran para que me hicieras callar..

La pena es que la tarde tenía otros menesteres, tanto para ti, como para mi..

Si no otro gallo hubiera cantado (Que dicen por ahí)

El deseo se hizo mutuo.. cuando nos despedimos junté mi cuerpo al tuyo y me dieron ganas, muchas ganas de besarnos, pero no era ni el lugar, ni el momento..

En otra ocasión que el trabajo no nos tenga atados..

En otra ocasión..

Besines